Los acumuladores de diafragma y los acumuladores de vejiga, dos estructuras y principios de funcionamiento diferentes para el almacenamiento de energía, este artículo revelará sus principales diferencias.
En términos de diseño estructural, el acumulador de diafragma separa el líquido o gas en dos áreas mediante una membrana divisoria, con un área que contiene el medio comprimido y la otra que almacena líquido o gas. El acumulador de vejiga está compuesto por cápsulas de goma flexibles, que pueden contener líquidos o gases. Después de llenarse, la vejiga se expande y contrae para liberar los líquidos o gases almacenados.
En cuanto a la estabilidad de la presión, los acumuladores de diafragma proporcionan una salida de presión más estable aislando el medio del líquido o gas almacenado mediante un diafragma. En contraste, aunque el acumulador de vejiga también puede proporcionar cierto grado de estabilidad de presión, su presión de salida puede fluctuar ligeramente debido a la flexibilidad de la cápsula de goma.
En términos de campos de aplicación, los acumuladores de diafragma se utilizan ampliamente en sistemas hidráulicos y neumáticos en industrias, transporte, aeroespacial y otros sectores, proporcionando funciones importantes como el almacenamiento de energía, el equilibrio de presión y la amortiguación. Los dispositivos de almacenamiento de tipo bolsa se utilizan comúnmente en aplicaciones pequeñas, como los sistemas de suspensión automotriz, los amortiguadores de bicicletas, y también son adecuados para algunas aplicaciones industriales de baja presión.
En general, los acumuladores de diafragma desempeñan un papel crucial en sistemas industriales y de transporte a gran escala debido a su estabilidad de presión y a su amplio rango de escenarios de aplicación. Por otro lado, el acumulador de tipo vejiga es adecuado para aplicaciones pequeñas y entornos de baja presión debido a su tamaño reducido y gran flexibilidad. Al seleccionar un acumulador, se deben considerar los requisitos específicos de la aplicación y las condiciones de funcionamiento para garantizar el mejor rendimiento y eficacia.
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